Se me antoja una taza de té y unos postres caseros de La Matilda
¡Y cómo no! Pero sobre todo se me antoja el pasar un momento de desconexión total para poder disfrutar de una buena charla y de la compañía de muchos recuerdos agradables. Todo gracias al confortable ambiente de este pequeño salón de té que además ofrece deliciosos postres caseros.
La Matilda, también llamado Almacén de cosas ricas y bonitas, se encuentra ubicado muy cerca del corazón de Miraflores, en Lima. Es la idea de negocio de dos jóvenes emprendedoras: la peruana Carla Rizo Patrón (38) y la argentina Fernanda Margasin (34) quienes, amantes de la buena cocina, se dieron cuenta que el limeño está rodeado de restaurantes y cafés que no permiten pasar un tiempo sosegado de charla mientras va comiendo algo rico.
Así surge La Matilda, como un espacio donde personas de cualquier edad pueden pasar un momento de charla amena sin preocuparse por el tiempo.
¿Cómo llegué a este lugar?
Gracias a mi sobrino Paulo, quien días antes de que me alcanzara su recomendación había conocido a La Matilda en donde pudo degustar diversos postres. Como su comentario era muy halagador decidí averiguar más sobre esta propuesta.
Cuando llegué al lugar me encontré con una pequeña puerta que daba pase a un ambiente chiquito pero acogedor. Lo primero que capturó mi atención fue su llamativa decoración. No sólo se exhibían provocativamente los variados postres de la carta sino que además había un estante lleno de objetos vintage, los cuales fueron recolectados de diversos lugares y que se disponían para la venta.
Además había una simpática colección de objetos para el hogar confeccionados por Carla como cojines, individuales, servilletas, baberos y más. Estos forman parte de la línea La Matildería que se suma a la oferta de la tienda de objetos decorativos y al salón de té.
Creando una atmósfera especial alrededor del té
Fernanda se convirtió en sommelier de té en Argentina, llegó al Perú por amor y lanzó su idea de negocio gracias al apoyo de Carla. Esto debido a que ambas querían brindar al público un lugar donde se pudieran sentir como en casa además Fer no quería perder la conexión con Argentina, en donde se suele separar un momento del día para pasarla con los amigos, compañeros de trabajo o familiares disfrutando de una taza de té, café o el típico mate.
Así nació este lindo lugar el cual, debo decir la verdad, destaca por los buenísimos postres caseros que mezclan algunas recetas nacionales con las argentinas logrando postres únicos con un gusto diferente: el sabor de casa.
Parte de la carta de La Matilda es fija pero también hay productos que rotan en base a los insumos de temporada. Algunos postres están hechos con ingredientes orgánicos lo que le da un valor agregado a la propuesta gastronómica matildera.
La atmósfera que se puede respirar es particular ya que en un ambiente pequeño tienes que aprender a compartir el espacio, allí es imposible terminar una taza de café sin haber conversado con los vecinos de mesa. Las mismas chicas, Carla y Fer, te atienden y recomiendan qué tomar. Fernanda tuvo la paciencia de enseñarme a tomar la famosa hierba mate argentina y, una vez más, caí rendida ante esta bebida.
Tal vez lo más lindo de la experiencia es que es imposible dejar el lugar sin revivir un momento del pasado: ya sea por las tazas, los platos, los manteles o los adornos vintage que se exhiben (los cuales puedes comprar). En mi caso me detuve a pensar en mi niñez cuando usaba el tarjador con envase circular de metal o cuando jugaba con los muñecos de goma que ahora lucían estáticos en el gran mueble de exhibición. Allí estaban esos objetos y de inmediato, al verlos, me trasladaron a ese momento de mi vida.
Una sazón totalmente casera
El pancito horneado con queso y salsa de tomates y cebolla me recordó a mamá, la sazón era inconfundiblemente casera y el pan, estaba a su punto. Acompañado por un súper caliente mate, mi estadía en La Matilda se prolongó hasta verse coronada con un delicioso pye de maracuyá. Yumi!
Los postres estrella son la chocobitter (torta tipo trufa de chocolate), la tarta de coco con dulce de leche, el keke de plátano en todas sus variedades y el pye de maracuyá. Sin embargo, ante tanta variedad de postres, no me atrevo a recomendar uno en específico.
Si duda alguna disfruté mucho mi paso por La Matilda y sé que si te animas a visitarla también lo harás. Pero si eres de las personas que prefieren algo individualizado o, por el contrario, te gusta pasar momentos con el grupo grande de amigos, tal vez La Matilda no sea para ti ya que es un lugar pequeño. En todo caso te recomendaría ir de todos modos ya que, si haces un pedido con 48 horas de antelación, puedes pasar a recoger tu postre para degustarlo en casa o tal vez llegar para comprar un juego de tazas o un lindo individual de tela. Tú decides y es que La Matilda es un placeOK.
Tipo de local: casa de té.
Tipo de comida: postres caseros, té e infusiones.
Costo aproximado por persona: S/ 15,00 – 25,00.
Dirección: Calle 2 de Mayo 535, Miraflores (Lima, Perú)
Horario de atención: De Lunes a Viernes de 1.00 a 9.00 pm y Sábados de 4.00 a 9.00 pm.
2 Comentarios
Luna
Maravilloso,justo el lugar que Lima necesitaba y yo esperaba hubiese alguna vez,ire lo antes posible solo me hubiese gustado que hubiese tambien el telefono para hacer algunas preguntitas.Precioso este tema gracias por compartirlo
Lourdes Chuquipiondo
Hola Luna
Gracias a ti por leernos. En el fanpage de La Matilda figura el siguiente teléfono 967-742-705.
Esperamos te sirva.
Saludos,
Nicky & Lou